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mitos, rompiendo mitos
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En mis conversaciones a lo largo de mi carrera, he notado que aún persisten algunos mitos sobre la agilidad. Lo bueno es que algunos de esos mitos han desaparecido, otros han evolucionado y otros siguen en la mente de muchas personas. En este post, vamos a aclarar varios mitos o medias verdades sobre la agilidad.

1. Existen metodologías ágiles 

Hoy por hoy aún continuo escuchando esta frase “Que metodología ágil estas usando?”. Sin embargo, debemos romper con esta idea, ya que una metodología se refiere a un conjunto de métodos o pasos que se siguen para lograr un objetivo específico. Eso está muy lejos de lo que significa ser ágil. Ser ágil no se trata simplemente de “copiar, pegar” de los pasos y adaptarme a ello, se trata de el arte de adaptar la práctica ágil (y/o cambiarla) de tal manera que ayude a entregar valor a mi cliente. Cuando implementamos una práctica ágil, las personas del equipo van madurando y van encontrando su propio camino ágil, adaptando y ajustando las prácticas a sus necesidades y contexto especifico.

2. La agilidad solo es una moda

Para empezar, definamos qué es la «moda». Según la Real Academia Española (RAE), la moda es una tendencia o costumbre que está en auge durante cierto tiempo o en un país determinado. Por lo general, la asociamos con la vestimenta y algunas costumbres, pero es algo temporal.
En el caso de la agilidad, ha demostrado su capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios en un mercado altamente competitivo a lo largo de los últimos 20 años. Es importante destacar que aunque pueda considerarse como una moda, en realidad no lo es. La agilidad lleva más de 20 años en práctica y ha demostrado su eficacia en varios contextos.
Esta forma de pensar y de hacer ágil es parte de la evolución del mundo laboral. Las prácticas que se han desarrollado en base a esta mentalidad son un reflejo de esta evolución hacia un entorno laboral más flexible en todos los sentidos. 

3. La agilidad solo aplica al área de desarrollo

Hacer ágil y ser ágil nació en el área de desarrollo gracias a varios ingenieros de software. Sin embargo, la agilidad ha ido madurando y, con ello, ha demostrado que se puede ser y hacer ágil en todas las áreas de las organizaciones, obteniendo excelentes resultados.

4. La transformación ágil se aplica de la misma manera a toda la organización

La transformación ágil es un emocionante viaje en el que trabajamos en la estructura, los procesos y las personas de nuestra organización. Aunque compartamos los mismos valores, visión, misión e incluso objetivos, es importante tener en cuenta que cada área enfrenta desafíos únicos, tiene necesidades específicas y trabaja de manera diferente. Cada equipo tiene su propio ritmo, tiempos y formas de trabajar.
En nuestro enfoque de transformación, una de las muchas estrategias es comenzar desde el mismo punto de partida con cada área o replicar una prueba exitosa de un par de equipos en toda la organización. Sin embargo, a medida que avanzamos en el camino de la transformación, los equipos van madurando y aprendiendo, lo que implica que las prácticas ágiles se van ajustando e incluso cambiando. Esto nos permite adaptarnos mejor a las necesidades de cada equipo y maximizar los resultados positivos. 

5. Hacer Scrum es ser ágil

Scrum es una de las muchas prácticas ágiles que existen en la actualidad. Es considerada una de las pioneras y una de las más importantes dentro de este enfoque. Sin embargo, ser ágil implica hacer uso de cualquier práctica ágil disponible. Lo verdaderamente relevante no es la práctica en sí misma, sino el hecho de ser y hacer ágil, ya que ambos aspectos van de la mano.

6. El escalado ágil se consigue agregando mas equipos

Si piensas en esto, déjame decirte que las métricas de tu transformación subirán temporalmente, pero eventualmente caerán y caerán. Este es un mito que ha llevado al fracaso de muchas organizaciones en sus intentos de transformación ágil.
Permíteme ilustrarte con un ejemplo práctico: Imagina que preparas y vendes deliciosos refrescos de limón en la puerta de tu casa y tienes mucho éxito. Ahora, decides expandir tu negocio abriendo un local en un centro comercial para vender aún más refrescos de limón. ¿Seguirías preparando la misma cantidad de refrescos? ¿Continuarías utilizando la misma nevera de tu casa? ¿Comprarías la misma cantidad de ingredientes? ¿Seguirías trabajando solo? ¿Mantendrías el mismo proceso de preparación? La respuesta es obviamente no.
Del mismo modo, escalar de manera ágil no se trata simplemente de replicar lo que funciona en un equipo. Se trata de transformar toda la organización, lo cual requiere mucho trabajo, enfrentar retos y desarrollar estrategias adecuadas. No es solo una cuestión de aumentar el número de equipos, sino de adaptar la cultura, los procesos y las estructuras de la organización para permitir un crecimiento ágil sostenible.

7. Las transformación ágil se puede hacer en pocos meses

El tiempo necesario para que una organización se vuelva ágil siempre genera preguntas y a menudo es el punto de inflexión que hace que los empresarios duden en embarcarse en este viaje. La transformación ágil es un proceso en el que trabajamos en la estructura, los procesos y las personas de la organización. Esta última parte la más compleja, ya que implica transformar a las personas.
Como Agile Coach, nuestra labor consiste en influir, mostrar los beneficios, proporcionar herramientas, enseñar, mentorear y resolver dudas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada persona tiene su propio ritmo de adopción y adaptación a los principios ágiles. Algunas podrán abrazar el cambio rápidamente, mientras que otras pueden necesitar más tiempo para comprender y asimilar los cambios. Y esto no es necesariamente algo negativo, sino parte del proceso de aprendizaje y crecimiento tanto a nivel de equipo como de organización.

8. Un Scrum Master hace lo mismo que un Agile coach

Es importante aclarar los roles en el ámbito ágil, ya que incluso he visto ofertas de trabajo que solicitan «Scrum Master/Agile Coach» o en entrevistas me han preguntado: “también, ¿Puedes facilitar las ceremonias, verdad?»
El rol de Scrum Master se enmarca dentro de Scrum y su principal responsabilidad es fomentar la agilidad en su equipo y asegurarse de que sigan el marco de trabajo Scrum. Además, se enfoca en garantizar la entrega exitosa de las iteraciones. Para lograr estas responsabilidades, el Scrum Master facilita el trabajo del equipo, negocia, proporciona las herramientas y recursos necesarios, y también facilita la sincronización del equipo, entre otras tareas.
Por otro lado, un Agile Coach de múltiples equipos (Tipos de Agile Coach) tiene una perspectiva más amplia. Es un facilitador, mentor, coach, profesor y consultor para equipos, con un enfoque organizacional. Trabaja con uno o varios marcos ágiles y su misión es acompañar a los equipos en su viaje hacia la agilidad, alineado con la estrategia organizacional.

9. La agilidad es ser veloz

Este último mito es gracias a mi amigo Marco Lavander, y en realidad existen muchas personas que asocian la agilidad con la rapidez y la ejecución acelerada de tareas o el famoso «lo quiero para ayer». La agilidad va más allá de la velocidad y se centra en la capacidad de adaptarse y responder de manera efectiva a los cambios, de esta forma buscamos la eficiencia en ciclos de tiempo más cortos (es el origen de las iteraciones) y tomando decisiones informadas.

¿Qué otros mitos de la agilidad que te gustaría aclarar? ¿Tienes más dudas en cuanto a la agilidad? Me encantaría conocer tu punto de vista.

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